Año tras año dichas tierras eran sembradas de cereal, labradas y mimadas por los campesinos del momento.
Aquellos tiempos de labranza cambiaron el concepto de aquel cortijo Casablanca, donde la abuela Isabel Hurtado, comenzó con el plantado de aquellos primeros olivos. Casablanca comenzaba así con la plantación, crecimiento y cuidado de los primeros olivares.
De hecho nuestras fincas son tratadas con el mismo esmero que el que la abuela Isabel ponía, contagiándonos generación tras generación de esa forma tan personal de cuidar los olivares.
Desde el origen hasta el día de hoy Casablanca ha mimado, cuidado y luchado porque su olivar tenga un buen equilibrio de sol, agua y nutrientes, consiguiendo de esta manera culminar con uno de los mejores procesos de producción de ACEITE OLIVA VIRGEN EXTRA (AOVE).
En Aceites Casablanca hemos conseguido integrar las nuevas tecnologías, obteniendo de esta manera grandes conocimientos de la tierra, ofreciendo al árbol un mejor desarrollo del fruto de la aceituna, verificado por análisis periódicos y dotando nuestras tierras de lo necesario en cada época y, tenemos que decir ¡Lo hemos conseguido!